Rainer Werner Fassbinder
OBRA FÍLMICA
EL pequeño caos
El pequeño caos (Das kleine Chaos, 1967)
Dirección y guión:
Rainer Werner Fassbinder Fotografía: Michael Fengler (Blanco y negro, 35 mm, 1.33:1) Sonido: Amin Athanassious
Producción:
Roser Film Rodado durante el mes de enero de 1967 Duración: 9 minutos
Intérpretes:
Rainer Werner Fassbinder (Franz), Marite Greiselis (Marite), Christoph Roser (Theo), Lilo Pempeit, Greta Rehfeld, Susanne Schimkus
Una chica y dos muchachos, tras intentar infructuosamente sacar dinero a particulares utilizando los más diversos pretextos, deciden asaltar a una mujer entrando a la fuerza en su vivienda. Tras cometer el robo, desaparecen.
Poco hacía presagiar esta obra de juventud que detrás de ella se ocultaba una personalidad tan pesimista y desesperada como la del genio alemán. La anécdota que acontece en Das kleine Chaos, muy influida por el cine de Godard y el cine de gangsters hollywoodense, está llena de vitalidad, de moderado optimismo, de cierto aire reivindicativo y libertario muy de la época: el robo que cometen los protagonistas permitirá la realización de sus más pequeños, ingenuos e inmediatos deseos. Así, Marite utilizará el dinero para comprarse algunos vestidos y cosméticos; Theo preferirá invertir su parte en una pistola, y Franz, el personaje encarnado por Fassbinder, decidirá gastárselo en ver películas.
Por otra parte, aunque encontramos indicios de lo que será su sello personal (la utilización que hace del espejo del piso donde se alojan los tres delincuentes, las elipsis, las paredes blancas cubiertas de fotografías y posters tan habituales en sus primeros films o la premonitoria cita de un libro que lee Franz, Todo aquello que me hiere me hace sentir bien), el montaje es deliberadamente abrupto y la cámara se antoja mucho más desinhibida que en sus posteriores obras de envergadura. Del mismo modo, hay que destacar cómo el espíritu trasgresor del autor comenzaba ya a despuntar. Así, tras entrar en el piso de la mujer atracada, Franz dice a Marite que ponga un disco de Wagner y pregunta desafiante a la víctima si le gusta el Führer. Finalmente, un momento muy fassbinderiano y deliciosamente teatral es aquél en que Marite, tras besar a Theo, es apartada de él por Franz y éste la abraza y besa apasionadamente.
En definitiva, Das kleine Chaos es un divertimento que deja entrever que detrás (y delante) de la cámara se ocultaba una extraordinaria personalidad cinematográfica. Como dato anecdótico, cabe decir que Rainer pensó en Hanna Schygulla para que diese vida a la chica protagonista (ambos se habían conocido en la escuela de arte dramático que poco después abandonarían). Sin embargo, olvidó su nombre: a pesar de que realizó varias visitas a la facultad donde ella estudiaba Literatura y recorrió los pasillos con la esperanza de que la suerte le hiciera dar con ella, no logró encontrarla.